Bienvenidos a este rinconcito de magia y fantasía, dónde el alma puede soñar y la mente se libera, donde todo es posible, donde mi "locura" queda plasmada en letras.
Procuro hacer de este lugar, un remanso de paz, un punto de encuentro con otros que como yo, ven el mundo con ojos de poetas.
Un vuelo mágico donde el tiempo pierda sentido y el reloj se inútil.
Será un portal hasta mi alma, cada palabra es una pieza en el puzzle de mi vida.
Los invito recorrerlo y a soñar juntos, solo es necesario un poquito de magia en el corazón...


miércoles, 30 de mayo de 2018

Levar anclas

Levar anclas
A punto de zarpar, sin meditar en la posibilidad de zozobrar en alta mar, cuando no haya posibilidad de arrepentimiento.
Soledad por soledad, elijo la verdadera, la real, a solas conmigo. No quiero esa soledad multitudinaria, abarrotada de gente que merodea mi entorno, pero nunca cruza más allá.
No juzgo, la poca habilidad de compromiso, ni la suerte de bipolaridad que a veces parece que padecieran. Ese te quiero a medias, no me es suficiente. Si te quiero, te quiero y contigo al fin del mundo, en las buenas y en las malas.
No quiero lastres. Quiero seres que caminen a mi lado, a la par, a mi ritmo, que juntos allanemos el camino y no, que pongan piedras a cada paso, o corten las alas, cada vez que un sueño puja por materializarse. Quiero gente que sume, que se haya olvidado de la negatividad, que haya elegido ser feliz a pesar de…
No juzgo, pero tampoco aceptaré más ese boicot constante…
Solo creo y siento que, “a cada media, su par”.
¿Zarpamos?
Mónica Beneroso Salvano
Yeruti"
Derechos reservados
Imagen de la web

lunes, 14 de mayo de 2018

La niña interior

La niña interior
Desde muy pequeña las letras latían muy dentro de su ser, pujando por salir, arremolinándose descontroladas, cada vez que sentían el olor a tinta en sus dedos. Aún no lo sabía, pero por alguna razón amaba los block de hojas en blanco, los cuadernos, las hojitas perfumadas que le regalaban sus primas, cuando venían de la ciudad. En ellas y casi sin querer, garabateaba y escribía frases. Eso en realidad, mucho no ha cambiado, a pesar de que no suele escribir a pulso, sino sobre el teclado del computador. Uno de sus lugares favoritos, es la góndola de artículos escolares, donde hay decenas de cuadernos, block, libretas, etc. Ahora sospecha por qué, le atrapa tanto ese lugar. Cree que los versos aún dormidos en su alma, son quienes aletean en busca de nacer y tatuarse en esas hojas
Hoy tiene su espacio, donde la mente sueña y el alma se arroba con cada verso recién nacido. Un viejo escritorio de madera, le acompaña, y hasta siente a veces, que le susurra historias lejanas. Siente latir historias en cada lugar, en las miradas, en los objetos antiguos y hasta en el silencio.
Cada vez que está frente al teclado, es como si una pequeña cerradura en el cajón principal del escritorio, abriera un pasaje secreto a mundos fascinantes, de los que en ocasiones, le cuesta abandonar.
Dice que es difícil explicar con palabras, lo que sucede en su interior, cuando las palabras se hilvanan en busca de la inmortalidad. Explica que es como una explosión de energía y felicidad, un bombardeo de emociones, un amasijo de sueños que desenredan sus alas y simplemente se elevan…
Quien más que yo puede comprender estas palabras... solo yo, que he visto como se ilumina su interior cuando esas alas mágicas se despliegan y no hay nada que las detenga.
Yo, que se cuán amargas son esas lágrimas que no cuajan en los ojos, pero están inundándole el corazón.
Yo, que he sido quien ha tenido que obligarla a respirar, cuando ese nudo en la garganta, aprieta tanto, que la asfixia.
Yo, que la he visto amar y sufrir, llorar y reír… morir y renacer…
Solo yo, que siempre he estado aquí… pues sigo siendo aquella niña en su interior, aunque ella a veces me olvide.
Mónica Beneroso Salvano
Derechos resevados
Imágen de la web.

lunes, 7 de mayo de 2018

En la alfombra roja





Claro que hay días grises... Días en los que realmente dan ganas de tirar la toalla, de bajar los brazos y rendirse. Días en los que el enojo con la vida misma, no permite ver más allá de ese remolino que zarandea. Días en los que el cielo parece negro y cada cosa a enfrentar, un muro gigantesco de roca dura. Días, en que los ojos no pueden llorar más, porque se han gastado las lágrimas; y noches, en las que el sueño parece haber huido, o hace creer, que confabula con la tristeza.
¡Si! hay muchos días de esos, tantos, que mil veces creemos no aguantar ni un minuto más, porque asfixia, desespera, y en vez de pensar positivamente, a todo le buscamos el punto negativo.
Pero no todos son días oscuros...
Hay días, en los que la vida, nos da un cachetazo para despertarnos y nos quita ese lente trágico y nostálgico. ¡Vaya que los hay!
Y es en esos días, en los que decidimos ponerle color a pesar de… ¡la vida muestra su magia!
Puedo decirte que yo… en esos días, en los que arremeto contra toda tristeza que quiera esclavizar mi ser, es cuando tengo la enorme bendición de ver y sentir, esa maravillosa alfombra roja, que nos tiende la vida…