¡No es que huya! …
es que en esa multitudinaria soledad,
me alcanzas y me reencuentro…
Esa soledad tan habitada,
y ese silencio tan abrumadoramente bullicioso,
no necesita de mis sentidos,
para hacerme sentir, lo que tiene para decirme.
No es que huya… pero es allí tu presencia,
tan abrazadoramente, perfecta
y tan perfectamente abrasadora,
que siento renacer, en cada respiro.
Me hablas sin palabras… las asume directo el corazón
y entonces, brilla aún más, esa llama que arde en mi alma…
Comprendo que no he ido a contramano
como lo temí a veces,
porque aquí estás a mi lado siempre,
entibiando mi mano izquierda…
Quizá solo tú me entiendas…
No es que huya,
es querer revivir el retorno a casa …
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