Cuando el abrazo se
hace urgente
y los brazos no se
alcanzan…
se siente el desgarro del alma,
todo se desmorona,
hasta la calma pierde
la calma…
Cuando el abrazo se hace urgente,
las palabras cobran vida,
se hacen carne, se vuelven piel,
son bálsamo y remanso…
…pero los brazos huérfanos,
buscan asirse a sí mismos,
(como la hiedra se
aferra a su sustento)
para no acalambrarse,
con el peso del vacío…
Cuando el abrazo se hace urgente,
colapsan las fuerzas y el alma
destila la urgencia,
en perlas diamantinas …
Cómo subsanar esa urgencia…
Como compensar, algo que no posee compensatorio…
Como indemnizarle al alma,
la oportunidad perdida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario