Nací para volar…
No han podido las pesadas rejas de carne y hueso, encarcelar el hambre de libertad y conocimientos, que
poseo en el alma. No han podido frenar el vuelo que mis pensamientos alzan,
aunque luego cada visualización se esfume,
como el humo de un aromático y dulce café, recién hecho.
Ha crecido la cárcel y se han potenciado las rejas…hasta aumentaron
los guardias, rústicos, cobardes y traicioneros soldados, etiquetados todos, con los mismos nombres: miedos, prejuicios, dudas. Se pasean
cual fantasmas, como perros guardianes que obedecen fielmente a su amo.
A veces no sé, como desahogar cada lamento o cada carcajada
de mi corazón, cuando la boca, debe permanecer sellada…
Por eso te amo tanto poesía, porque eres mi confidente, mi amiga fiel, mi cómplice en cada locura” que
asalta mis días. Por eso te amo, porque
contigo descubrí que para el alma, las jaulas no existen… y esa ilusión que
siempre tuve, contigo es posible.
Nada ni nadie, detendrán al alma que aún acorralada y
encerrada, logra una fuga limpia y
desapercibida… Nací para volar… y en las alas de un verso, surco hasta el
universo. ¿Qué sería de mi alma, sin ti poesía?
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